domingo, 2 de octubre de 2011

CINE: LA PIEL QUE HABITO y EL ÁRBOL DE LA VIDA

Ayer fui al cine, vi "El árbol de la vida", escrita y dirigida por Terrence Malick e interpretada, entre otros, por Brad Pitt, Sean Penn y la nueva "estrella" Jessica Chastain, señalar que nunca pensé que vería a Brad Pitt feo y así fue. Su personaje, un padre de familia atormentado, agresivo, frustrado en un mar de contradicciones que subyacen en la idea de la existencia de un dios que premia y castiga aleatoriamente; un hombre infeliz que vuelca sobre los que tiene cerca, hijos y esposa, su ignorancia interna, su desconocimiento, la ausencia de respuestas convincentes. También la madre y los hijos andan en este desconcierto pero deciden vivir desde la alegría y la experiencia sobre la naturaleza. Las imágenes son bellísimas, la música espectacular, el fondo asusta. Lenta en su tempo y excesivamente larga por momentos. Como dijo su creador es una película para sentir.
Un par de semanas antes fui a ver "La piel que habito" de Pedro Almodóvar con el mejor Antonio Banderas que recuerdo en mucho tiempo. Para mi una de las mejores películas de Almodóvar. Me gusta su cine, su estética, su narrativa, personajes, creo que saca lo mejor de cada actriz y actor y sigue sorprendiéndome. En esta cinta conjuga belleza y terror, la apariencia más esquisita con un interior depravado y carente de todo aprecio por la vida...de los demás. Aun siendo dos películas bien distintas vi en ambas esa combinación entre la belleza y aparente perfección y el miedo detrás de esa apariencia y, en ambas, la desorientación respecto de la propia vida por una idea muy concreta de la existencia de dios y su significado.
Mi reflexión, al respecto, es que si aceptamos la idea de que dios está fuera de nosotros, estamos condenados a la infelicidad. Las ideas o creencias limitadoras respecto de la naturaleza de la vida entorpece nuestro desarrollo, nuestra experiencia de vida. No existe una forma correcta o incorrecta de vivir, existe la vida de cada uno/una y del significado que le otorgamos. Si buscamos agradar o cumplir cierto papel que creemos se nos ha otorgado fracasaremos irremediablemente porque no tenemos el poder de hacer felices a otros, sólo ostentamos el poder de sentir-nos a nosotros mismos. Nuestras creencias crean nuestra vida pero no justifican nuestros actos y sus consecuencias, siempre podemos elegir ser mejores, siempre podemos elegir cambiar nuestras creencias y nuestras acciones, siempre podemos elegir el amor en lugar del miedo. Cada día se nos presentan oportunidades para agraviarnos pero ¿por qué elegir la rábia, el rencor, la ira en lugar de la comprensión, la aceptación, la compasión y el amor?, nada ni nadie nos obliga a ser de una determinada manera, es nuestra elección, lo demás es un engaño, un autoengaño. Mi propuesta es que reflexiones sobre lo que lees, lo que ves, lo que oyes, lo que dices, lo que sientes...las señales, sincronicidades, la información, las oportunidades están delante de tí, en todas partes...despierta y contribuye a la creación de un mundo mejor, de una vida mejor, más cerca de la naturaleza, del respecto y de las relaciones amorosas. Si descubres, aceptas y adquieres tu propio poder personal no necesitaras el poder sobre otros y entonces cada uno/una encontraremos nuestro lugar y haremos lo que tenemos que hacer.

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