lunes, 28 de mayo de 2018

UN ENSAYO FEMINISTA: UNA MUJER DEBE TENER DINERO Y UNA HABITACIÓN PROPIA . VIRGINIA WOOLF.


UN CUARTO PROPIO Virginia Woolf
Editorial Lumen. Ensayo
150 páginas. Mayo 2013
Edición ilustrada por Becca Stadtlander
Traducción: Jorge Luis Borges
Prólogo: Kirmen Uribe

Virginia Woolf (1882-1941), escritora británica, considerada una de las más destacadas figuras del modernismo anglosajón del siglo XX y del feminismo internacional, con una bibliografía muy extensa: novelas, teatro, biografías, diarios, cuentos... Algunas de sus obras más famosas son: La señora Dalloway, Al faro, Orlando: una biografía, y Las olas. Como escritora rompió los esquemas narrativos precedentes. Su vida y su obra han sido objeto de diferentes estudios. Su figura en la historia de la literatura es de gran relevancia. Se cree que los problemas de salud, que la acompañaron desde niña, fueron la causa de su suicidio. Entre los temas de su obra encontramos: feminismo, sexualidad, judaísmo, guerra, clases sociales.



Un cuarto propio es un ensayo basado en una serie de conferencias que la autora desarrolló en octubre de 1928 en el Newnham College y el Girton College, ambas universidades femeninas de la Universidad de Cambridge, y publicado por primera vez en en octubre de 1929. En él se exponen las muchas dificultades que encuentra la mujer, no solo para poder escribir, sino para tener acceso a la educación, en una sociedad dominada y controlada por el hombre, en la que la mujer está totalmente sometida, y en la que, la diferencia de clases agrava, aún más si cabe, la existencia femenina. Su exposición es un recorrido por la literatura del siglo XIX y principios del XX, en el que destaca la ausencia de poetisas, novelistas o escritoras, no porque no las hubiera, sino por el ninguneo a que son sometidas por parte de una sociedad patriarcal en la que la vida de las mujeres debe centrarse en el cuidado de la casa, los hijos, las personas mayores, y la total disponibilidad hacia los placeres de los hombres. Consideradas débiles mentales y sin espíritu, se veía como algo impropio de su condición y sexo que mostraran interés en adquirir formación académica, y en dedicarse profesionalmente a la escritura o las artes, aduciendo, entre otras lindezas, que la mejor de las obras escritas por una mujer no sería ni comparable a la peor escrita por un hombre.

“..., pero ahí estaba yo en la puerta misma de la biblioteca. Debo, haberla abierto, porque inmediatamente surgió, como un ángel guardián, vedando el camino, con una agitación de ropaje negro en lugar de alas blancas, un caballero suplicante, plateado y bondadoso, que deploró en voz baja, al despedirme, que la entrada a la biblioteca sólo fuera permitida a señoras acompañadas por un profesor del colegio o provistas de una carta de presentación.”

Virginia Woolf va exponiendo y rebatiendo cada uno de los argumentos que han esgrimido pensadores, filósofos, académicos, hombres en su masculinidad, frente a la mujer, incluso crea el personaje de Judith, hermana de Shakespeare, para comparar cómo habría sido su vida de haber sido ella la autora de las obras de su hermano (“Les he dicho en el curso de esta conferencia que Shakespeare tenía una hermana; pero no la busquen en la auténtica biografía de Sir Sidney Lee”). Compara el valor literario entre la poesía y la novela, y como esta diferencia también se utilizó para perjudicar y minusvalorar las obras de escritoras como Jane Austen o las Hermanas Brontë.

Siento verdadera admiración por esta mujer, Virginia Woolf, inteligente, rebelde, de mente y corazón abiertos, una escritora singular, muy personal. Un cuarto propio es una detallada descripción de la situación de la mujer en la sociedad y en la literatura, clara, directa, sin victimismo y con cierta ironía, y también, de los logros, las virtudes y el valor de lo femenino. Woolf concluye que si las mujeres han sido capaces de escribir en las peores circunstancia posibles, qué no lograrían si contaran con dinero y una habitación propia. -Si una mujer escribía, tenía que hacerlo en la sala común-. Nos recuerda que -las mujeres nunca tienen una media hora... que sea realmente de ellas-. Y advierte que -hasta el fin de sus días Jane Austen escribía así-. La contundente conclusión era que -una mujer no podía salir sola-. Aunque centrada en el principio del siglo XX y siglos anteriores, su contenido y discurso es de plena actualidad. Es una obra a leer y volver a leer, al menos, una vez al año, para comprender, recordar, cambiar y crear un cuarto propio.

Hay que hacer mención a las ilustraciones que embellecen esta edición de Un cuarto propio, creadas por Becca Stadtlander, que otorgan mayor valor a un libro cuyo contenido es infinitamente valioso. Becca ilustra, en cada capítulo, un cuarto, un estudio, una sala diferente y personal. Un trabajo precioso. Y, también, debe ser destacado el prólogo escrito por Kirmen Uribe que describe la esencia de este ensayo.

                          
                   Lámina y sobrecubierta del libro. enmarcada y adornando una pared de mi casa.
                         Rosa Vendrell.

2 comentarios:

  1. Virgina Woolf, siempre buscando rebasar los límites dentro y fuera de ella, de la sociedad y de lo establecido, de la cordura y de la locura, de la vida y de la muerte... leerla es eso. Gracias, Rosa, por acercarla.

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  2. Gracias Eva Monzón por tu valioso comentario que me recuerda a lo que yo siento cuando leo tus novelas.

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